23/2/09

Bukowski, el héroe

Un apunte para justificar la etiqueta "metablogueo"

He acabado exámenes pero no los había acabado estos últimos días, de ahí el vacío.

Un apunte para justificar la etiqueta "literatura" y el título de la entrada


(1) A menudo se identifica a Bukowski con la figura del antihéroe. Se me ocurren diversas razones por las que muchos (yo hasta hace unos segundos, mientras pensaba en qué escribir) podrían decir algo así: quizá porque sus obras son autobiográficas o parten de anécdotas vividas por él y todas, cuando no TODAS, están protagonizadas por lo que muchos calificarían de perdedores (lo contrario de un héroe), quizá porque su obra apesta a crudo y eso lo convierte en el lado oscuro de la emblemática, clasíca y heroica figura del escritor, quizá por blablabla. A modo de ejemplo basta con un título: Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones y demás relatos de la locura cotidiana.


(+1) Por otro lado, Bukowski es un clásico, un canónico, que murió la pasada década. Quizá no lo tratamos hoy por hoy en el ámbito universitario, quizá muchas bibliotecas logran evitar tener que guardarlo, pero tiempo al tiempo. Todo lector con un mínimo de conocimiento sabe que "el ordinario" prevalecerá, y lo hará cerca de lo más alto.

(+1) De todos modos, ¿quién se atrevería a defender la permanencia de éste en el canon? Tarea difícil. Escritores más que posmodernos siguen su estela y se pudren en cunetas, otros como Q. Monzó, por otro lado, se enriquecen a su costa (aunque es un caso aparte, lo hace en catalán). A nadie le importa (o mejor, a nadie le interesa sacar el tema) porqué está ahí, lo mejor es creer y callar.

(+1) La obra de Bukowski NO ES NADA ACADÉMICA, y los académicos son muy conscientes de ello. Por eso callan, supongo. Digamos que puede leerse sin perder el estatus de "buen lector" y a la vez regodeándose en las bajas pasiones.

(=4) Y eso lo convierte en héroe, mucho más que en antihéroe. Bukowski, Henry Chinaski y cada uno de los protagonistas de la obra del autor son nuestros héroes contemporáneos... no nos engañemos: a ninguno de los que lo lee le gustaría vomitar toda su sangre, meterse en la cama con cojas y desdentadas, trabajar en mataderos o romperse las costillas con un mendigo a puñetazos; a todos les encanta imaginarlo. Y ese es su verdadero valor: que el muy hijodeputa descubrió qué queríamos ser y nos dejó babeando, siéndolo él.


Sin duda fue punk, visceral, carnavalesco, dandy, estrella. Fue y es la bandera que muchos deserían alzanzar, pocos intentan y casi ninguno consigue.



PC: Joder, pretendía que esta entrada contuviera dos líneas y una foto. Estoy chalado. Estoy infectado.

1 apuntes:

El Capi dijo...

Pues muy bueno, si señor, felicidades. Un abrazo Roach